¿Qué voy a hacer con mi vida?

Todos nos hemos hecho esa pregunta. Desde pequeños la cultura nos ha dado pistas y respuestas que consideramos ciertas, hasta que nos enfrentamos a la realidad del mercado, la competencia justa y desleal y cuando vamos forjando nuestra forma cultura y punto de vista.

Resulta que uno ya no estudia para "ser alguien en la vida", sino porque hace parte de los pre requisitos existentes en la vida cotidiana. Ser profesional no es gran cosa, a nadie le importa qué sacrificios tuviste que hacer para sacar adelante tu carrera o si tuviste un reconocimiento honorífico. Ni siquiera les importa que hayas sido un vago que compró trabajos y exámenes. (A propósito la venta de trabajos, maquetas, exámenes y demás es un negocio en expansión).

Cae la mentira de la importancia de la educación formal, ser profesional solo es un requisito, sin embargo quien es profesional va en busca de una especialización o una maestría para mejorar sus conocimientos y su nivel de ingreso. Mientras estuve buscando trabajo, vi gente con especializaciones en otros países y maestrías, todos sin trabajo, buscando una oportunidad en un país en el que los salarios para personas con altos niveles educativos son pocos.

La otra mentira es que a los juiciosos nos va bien, toda mi vida he sido juiciosa y eso genera una presión muy grande a tu alrededor, las personas dicen que eres perfecta y esperan que lo seas, por eso desarrollas un miedo terrible a equivocarte y la forma en que los humanos más aprendemos es equivocándonos. Por eso las personas que conozco que han logrado cosas y experiencias han sido los "desjuiciados" de los que nadie esperaba nada, que toman riesgos y siguen adelante, porque optan por aprender de sus errores y llegan a desarrollar una disciplina que ni siquiera yo tengo.

Pues bueno, les tengo una noticia, no hay nada cierto, puede que no estudies mucho, pero tengas habilidades para los negocios y te hagas multimillonario vendiendo papa, puede que estudies mucho y te vuelvas un académico que solo habla con académicos y hace a un lado a la gente del común, puede que seas un genio que solo ha hecho cosas operativas, crees algo y te conviertas en un innovador sin barreras.

No hay nada seguro, ni para ti, ni para mi, ni para el que roba, ni para el que ayuda. Los sistemas financiero, político, educativo y la cultura en sí buscan que haya cierto horizonte, que se sigan ciertas normas, pero la verdad siempre es la misma.

No hay nada seguro y si lo quieres tomar en sentido catastrófico hazlo, lo bueno es que la falta de certeza te convierte en una persona diferente, flexible, comprensiva, amable y adaptable, cuyos pilares son sus propias creencias y valores que lo apoyan en su objetivo de ser feliz.

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