Mi Carrera de la Mujer - Bogotá

Entre esas corredoras estoy yo.
Como mis lectores y amigos saben, este blog no suele tener textos que hablen acerca del deporte, de Nadal, Phelps o personajes similares, porque no es un tema de mi preferencia. Sin embargo, en esta oportunidad abriré el panorama, porque viví una experiencia deportiva que quiero compartir con ustedes.

En mayo, con dificultades económicas, decidí hacer una inversión: me inscribí en la Carrera de la Mujer y me propuse que entrenaría y mejoraría mi marca del año pasado. (Con esta sería la segunda vez que participaba).

En las mañanas me levantaba a veces temprano a veces tarde a hacer rutinas de ejercicios que encontraba por internet, unas eran más bien de coreografías sencillas de baile, otras un poco más rudas como Tae Bo y otras que me permitían concentrarme más en mi cuerpo como el Tai Chi.

El caso es que sí muy bonita yo practicando todo eso, pero de trotar y correr nada. Cuando por fin me decidí a iniciar mis entrenamientos en serio, preciso me enfermé y duré una semana en la que no pude hacer ejercicios y en la que bajé dos kilos.

Claro, cuando me di cuenta, sólo quedaban dos semanas para la carrera y yo no estaba en forma. Mi mamá que participó conmigo la vez pasada y que en esta ocasión le habían dicho los médicos que no podía, se convirtió en mi entrenadora.

De ahí en adelante me levantaba a las 6:30 am a entrenar, a veces hacíamos primero aeróbicos y después trotábamos. Mi papá trotó también un día con las dos en un recorrido de 3.5 Km que no terminé porque sentí fatiga y algo de asfixia. En fin, tengo el concepto de que soy algo floja y no es solo mi concepto.

Llegó el día, me levanté menos temprano y alisté todo para ir con mi mamá al evento. También una tía correría así que nos encontraríamos allá.

En la carrera

Empecé el calentamiento con Nerú, que fue interrumpido por múltiples anuncios publicitarios que hacían que perdiéramos el ritmo. Finalmente, salimos. Me hice con un grupo de mujeres jóvenes que trotaba todo el tiempo, así que eso me ayudó a mantaner mi ritmo de trote los primeros 4 Km. A los 4 Km empecé a sentirme rara, como si me faltara aire, así que aminoré el paso, después empecé a toser, así que caminé.

Mi ritmo pasó de ser ritmo de trote a convertirse en la secuencia, asfixia - tos - agua. Y como en la canción pensé, como sea no voy a parar, pasaba por mi mente "NO PARES, SIGUE SIGUE". Luego la situación no mejoró, pasé por las carpas de la Cruz Roja sin mirarlos, mientras pensaba "no es tan grave, si les pides ayuda quedas descalificada y no vas a terminar".

Luego de que no se veía nada de la cruz roja y ni rastro de mis familiares tuve un momento de llanto. "Tanto querer esto para no poder ni correr y tener esta estúpida tos y esta asfixia, qué floja soy".

Caminé más de 2Km y seguía con mi secuencia mientras cientos de corredoras me adelantaban. Lo máximo que podía hacer era no toserles encima.

Cuando ví a lo lejos el letrero que indicaba que a partir de allí sólo faltaría 1Km, pensé "tengo que terminar la carrera y debo hacerlo corriendo, qué tal uno terminar una carrera caminando, qué gracia es". Y justo en ese momento mi tía gritó "¡Nadia, Nadia, aquí estamos, sigue tú puedes, vamos!" mi mamá estaba con ella, intentando tomarme una foto.

Eso me dio el suficiente ánimo como para empezar a correr y no troté, corrí y subí el puente y seguí y la presión en el pecho era peor y sólo sentía mi corazón palpitar fuertemente. De nuevo mi tía me llamó y mi mamá intentó tomar la foto, esta vez ni siquiera las miré a penas atiné a medio levantar la mano para decir que sabía que estaban allí.

Finalmente LLEGUÉ, me tomó una hora el recorrido que era lo mismo que había hecho la vez pasada. Se me empezaron a dormir las manos y las desperté, qué flojas. Tomé bebida hidratante, hice estiramiento y seguía con tos.

Mi mamá y mi tía se angustiaron después de mi relato y un médico de uno de los patrocinadores me dijo que seguro tenía un resfriado que ni evolucionaba ni se iba, así que no debía haber hecho el ejercicio.

Así que aunque no cumplí con mi meta personal y las cosas no salieron como esperaba, un médico ayudó a corroborar que yo ya no era una floja y que es probable que en una próxima oportunidad con o sin resfriado, con o sin dolencias, sí podré hacer una nueva marca.

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