El aviso de prensa

- Buenas tardes, señorita. Vengo para lo del aviso de prensa.
- Buenas tardes, señora. Claro, cuénteme ¿Cuál es su nombre?
- Diana Jasro.
- Bueno, señora Diana ¿Está usted casada?
- No.
- ¿Tiene alguna relación amorosa en este momento?
- No, si fuera así no habría venido.
- Hágame el favor señora Diana y llena este formulario, luego dirígase a esa oficina que allí le explicarán cómo es todo el proceso.
- Muchas gracias, señorita, muy amable.

- Buenas tardes señorita, vengo a entregar este formulario y a que me expliquen cómo es todo el proceso.
- Buenas tardes, señora... Diana. Permítame verificar la información. Su nombre es Diana Jasro, le gustan los hombres, es joven, inteligente, bonita, de baja estatura, es creativa, le va bien en los ámbitos laboral y familiar, no tiene problemas al momento de convivir con alguien, no fuma, no toma, no le gusta el reggaeton. ¿Esta información es correcta?
- Sí, señorita, es correcta.
- Bueno, señora Diana, ahora ingresará al consultorio de la doctora Radia Najas quien le explicará el proceso. Siga.

- Buenas tardes, doctora Radia.
- Buenas tardes, señora... Diana, cuénteme, ¿cómo supo de nuestra institución?
- Por el aviso de prensa.
- Qué bueno, es que le dije a mi secretaria que era mejor publicar en prensa, porque por estos días sólo la gente exclusiva leer el texto impreso. Bueno, señora Diana, como hasta ahora estamos empezando los especímenes sólo cuentan con un mes de vida, sin embargo podemos garantizarle que será el mes más feliz de su vida, en caso de que elija bien las características con las que lo crearemos.
Dígame señora Diana, ¿cómo lo quiere?
- Pues no me interesa si es blanco, negro, amarillo o rojo, si es alto o bajito, sólo que no sea ni muy feo, ni viejo. Algo que sí quiero es que sea honesto, respetuoso, comprensivo, razonable, que quiera compartir conmigo momentos y logros, que me aguante el mal genio, que sea cariñoso... ¡y por supuesto, que me ame!
- Mire, señora Diana, creo que ha habido una confusión, nosotras somos una institución seria que crea hombres al gusto de la consumidora y como cualquier bien de consumo, nuestro valor agregado está ligado a la buena atención y a la entrega oportuna. Las características que atendemos aquí son físicas, debido a que un estudio de mercado arrojó datos de inconformidad de las mujeres colombianas con respecto al aspecto de los hombres.

Por favor señora Diana, escoja su producto de acuerdo a nuestros criterios. ¡Aquí hacemos hombres, no milagros!
- Pero dijo que podía escoger las características y que me garantizaba felicidad.
- Estaba hablando de sexo señora Diana. Usted puede escoger un hombre con características que le resulten atractivas y nos comenta lo que le gustaría que él supiera para capacitarlo siguiendo los parámetros de las normas de calidad para garantizar una práctica exitosa.
- Pero eso no es felicidad, o sea que ellos no vienen a ser hombres sino máquinas. Carecen de todo el misterio que los envuelve, del brillo de sus ojos, de sus equivocaciones al hablar cuando estoy muy bella, de la sorpresa en las celebraciones, de las dedicatorias, de los poemas, de esa conexión que logran las dos almas a través de la luna. ¿Carecen también de criterio y pensamientos propios? No podría estar con un hombre con el que no pueda debatir pensamientos y temas. ¿Quiere decir que todas las caricias serán programadas? ¿No podría sentir todo su ser en un abrazo y su corazón en un beso?
- Mire, señora Diana, si no le gusta lo que ofrecemos puede diligenciar la encuesta que le entregará mi secretaria a la salida sobre atención, puntualidad y satisfacción.
- Lo que hacen es evitar que los hombres sean humanos, sin embargo si los hombres corrientes conocieran a este tipo de "hombres" a los que denominarán "los idiotas de un mes" quizá reflexionarán sobre las necesidades de las mujeres y comenzará a existir un verdadero control de calidad que ya venía haciendo falta.
-Entonces, ¿finalmente qué decide?
- Que los hombres reales en los que me he fijado no han sido capaces de entregarse en el modo en que yo lo he hecho. Me he arreglado, vestido, leído, cambiado, enfrentado a las opiniones de otros, por ellos, para agradarles cada vez más y no he recibido ni siquiera una gran satisfacción sexual.Así que deme un espécimen del catálogo, por lo menos como asalariada puedo darme este gustico.
- Me alegra su decisión señora Diana. ¿Cuál escoge?
- Este.
- Perfecto, cancele el valor con mi secretaria 50% ahora y el restante al momento de la entrega que será en 8 días o de acuerdo a su requerimiento y ciclo menstrual.
- Muchas gracias, doctora.
- Que esté muy bien y bienvenida al Instituto de Mujeres Frustradas y Superficiales que buscan un hombre a su medida. Gracias por confiar en nosotras.

Comentarios

  1. ¡Maravilloso! ¡Lo amé tocaya! Como solía decir María Felix "Hay que amar a los hombres como son. Es difícil, pero sólo amar a un pendejo es fácil". ¡Felicidades! ¡Y amarlos como son!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Tus aportes son importantes para este blog. Opiniones, quejas, sugerencias, contra argumentos... son bien recibidos.